El futuro se derrite bajo las patas de los osos polares
Conforme el Ártico se calienta, diversas investigaciones siguen advirtiendo sobre las dificultades enfrentadas por estos majestuosos depredadores.
El futuro se derrite bajo las patas de los osos polares

🐻❄️ El horizonte para los osos polares (Ursus maritimus) se vislumbra sombrío. Su reino se derrite mientras la humanidad titubea a la hora de encarar su mayor desafío, el cambio climático. Año tras año, la ciencia se convierte en la cronista de un ocaso, entregándonos evidencias de cómo el destino de estos majestuosos animales se fractura, literalmente, bajo sus propias patas 🌡️
🩸 La noticia más reciente revela un panorama preocupante sobre la salud de estos depredadores árticos. Hoy, los osos polares están expuestos a una mayor cantidad de patógenos que hace tres décadas. Una investigación publicada en PLOS ONE encontró un incremento notable de virus, bacterias y parásitos que afectan a la especie. En este estudio, se analizaron muestras de sangre de osos polares del mar de Chukotka (en la antesala del océano Ártico, cruzando el estrecho de Bering) en dos períodos: 1987-1994 y 2008-2017. En los últimos años, detectaron un aumento de cinco patógenos, incluyendo el virus del moquillo canino y bacterias causantes de brucelosis. Estos patógenos parecen afectar más a las hembras, probablemente debido a la manera en que crían a sus cachorros en las madrigueras 🦠
🧊 Por otro lado, este mes también se dio a conocer que el cambio en el hielo ártico, debido al calentamiento global, provoca lesiones en las patas de estos osos. Un estudio publicado en Ecology documentó casos de cortes, úlceras y bloques de hielo adheridos a sus patas, que dificultan su movilidad. El cambio climático fomenta ciclos repetidos de congelación y descongelación, generando nieve húmeda que se congela sobre sus patas. Además, dichos ciclos hacen que la capa de hielo marino sea más frágil y, al romperse bajo el peso de los osos, sus bordes afilados infringen preocupantes heridas en sus patas 😟
💬 Como explica Kristin Laidre, científica de la Universidad de Washington y autora principal del estudio, este fenómeno nunca antes se había observado. En sus declaraciones, describe la impactante realidad que enfrenta la especie:
«Los dos osos más afectados no podían correr, ni siquiera caminar con facilidad. Al inmovilizarlos para la investigación, retiramos con mucho cuidado las bolas de hielo. Los trozos de hielo no sólo estaban atrapados en el pelo. Estaban pegados a la piel, y al palpar las patas era evidente que los osos sufrían».

🦭 Los osos polares han evolucionado para cazar focas en el hielo marino, pero con la reducción de su hábitat helado, se ven obligados a sobrevivir en tierra, alimentándose de cualquier recurso que aporte grasa y proteínas: desde cadáveres de ballenas hasta huevos de aves, peces e incluso basura humana. Este variado menú refleja su sorprendente capacidad de adaptación en tiempos de escasez, pero ¿cuánto pueden resistir sin oler una foca? Hace unos meses, en esta newsletter, os contaba que los osos polares enfrentan un mayor riesgo de morir de hambre debido a los veranos sin hielo más largos. Un estudio en la Bahía de Hudson occidental, Canadá, mostró que los osos no logran adaptarse a la velocidad del cambio climático y pasan más tiempo en tierra sin acceso a su hábitat de caza ideal. Durante la investigación, se documentó que perdían, en promedio, 1 kg de peso al día en su búsqueda de alimento, mientras que muchos simplemente se tumbaban, reduciendo al mínimo su gasto energético para conservar energía 😕
🐻❄️ Hoy en día, mientras abogamos por poner el foco en los efectos de la crisis climática sobre nuestras sociedades, los osos polares, admirados y convertidos en iconos, nos recuerdan la negligencia humana. En septiembre de 2023 se publicó una investigación, otra más, donde se analizaron los isótopos de carbono presentes en el colágeno de osos polares antiguos y modernos, cubriendo un periodo de 4.000 años. El estudio demostró que ni durante el Período Cálido Medieval ni en la Pequeña Edad de Hielo hubo cambios en la red trófica, mientras que en las muestras modernas sí se encontró una transformación. Se detectó una mayor proporción de carbono proveniente del fitoplancton de aguas abiertas y menos de algas que crecen bajo el hielo. Es decir, el calentamiento ya ha modificado los ecosistemas árticos, empujando la cadena trófica y, en última instancia, reflejándose en la dieta de estos carnívoros. La huella de Homo sapiens está impresa en los restos del rey del Ártico 🦴
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La deforestación impulsa la evolución de estos insectos

🐒 Solemos pensar en la evolución como un proceso lento, pero en algunas ocasiones puede producirse en un lapso de pocos años e impulsada por los impactos humanos sobre los ecosistemas. Así podríamos resumir la historia de Zelandoperla fenestrata, una especie de insecto, algo insulsa (pero no por ello menos importante que cualquier otro insecto), de aspecto primitivo y endémica de Nueva Zelanda 🌏
⚫ En la naturaleza existen diversos ecotipos de Z. fenestrata, cuyos rasgos responden a las características del ambiente donde medran. En primer lugar vamos a fijarnos en sus colores. Algunas de sus poblaciones han desarrollado colores de advertencia similares a los de Austroperla cyrene, una especie de insecto tóxico que habita los bosques, produce cianuro para disuadir depredadores y luce de color negro con bandas amarillas en las patas. A través de millones de años de convivencia, los Zelandoperla han engañado a sus depredadores imitando el aspecto de sus vecinos. Sin embargo, esta estrategia de supervivencia está cambiando rápidamente debido a la intervención humana 🐦
🌲 La deforestación ha reducido el hábitat de los Austroperla, pero también el de las aves forestales, los depredadores principales de ambos insectos, provocando la desaparición local de sus poblaciones. Como resultado, los Zelandoperla están perdiendo su coloración de advertencia en las regiones deforestadas, ya que el costo de producir estos colores es alto y, en un entorno sin depredadores, la evolución premia a quien prescinde de dicho gasto. Ahora los tonos pardos están de moda. Los investigadores de Universidad de Otago, autores de este estudio, también han descubierto que el ecotipo oscuro de Zelandoperla depende de un solo gen, conocido como ébano, y que este fenómeno evolutivo es sorprendentemente uniforme en varias áreas de la Isla Sur 🧬
🦗 Hace unos años, estos insectos también fueron noticia debido a una historia similar. Otro de los ecotipos de la especie hace referencia a dos tipos de morfologías distintas: alados (habitantes de bosques) y sin alas (raros lugareños de pastos alpinos, que descienden de poblaciones aladas). En este caso, los investigadores de la Universidad de Otago descubrieron que la deforestación estaba inclinando la balanza en favor del ecotipo más escaso. En las regiones deforestadas, los ejemplares ápteros han aumentado, ya que sobrevivieron al ocaso de su antiguo hogar al estar mejor adaptados a unas condiciones con más viento 🌬️
🪱 Si te has quedado con más ganas de ciencia…
❄️ La última Edad de Hielo dejó profundas huellas entre los continentes del hemisferio norte. Además de arañar la tierra y mover rocas, la fauna y flora de estas regiones también quedó marcada por este pasado. Hace unos 10.000 años, cuando el hielo cedió en su helador abrazo, las lombrices de tierra en América del Norte habían descendido hasta sus momentos más bajos. Las especies que quedaron fueron relegadas a la categoría de rarezas, en comparación con el importante papel ecológico de sus hermanas europeas 🌎
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