La ciencia del cambio climático es sólida y así lo demuestran, de nuevo, los Premios Nobel
Premios Nobel, peces diminutos, árboles en peligro de extinción, tardígrados inmortalizados en ámbar, caracoles invasores y fantasmas de leones.
La actualidad científica de esta semana gira en torno a los premios Nobel. En esta newsletter quiero destacar el premio de Física otorgado a los investigadores Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi. Según la Real Academia Sueca, la medalla ha sido concedida “por sus contribuciones pioneras a nuestra comprensión de los sistemas complejos”. Con permiso de Parisi, cuyo descubrimiento de patrones ocultos en materiales complejos desordenados le ha valido este reconocimiento internacional, la entrega de este galardón a Manabe y a Hasselmann es importante ya que remarca la solidez que hay detrás de los estudios sobre el cambio climático. Aunque ya en 2007 el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), junto con Al Gore, recibió el Nobel de la Paz “por sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático provocado por el hombre, y para sentar las bases de las medidas que son necesarias para contrarrestar ese cambio”. En esta ocasión, la Real Real Academia Sueca ha expresado que Manabe y Hasselmann han sido seleccionados “por la modelización física del clima de la Tierra, la cuantificación de la variabilidad y la predicción fiable del calentamiento global”. Brevemente, gracias a su trabajo en la década de 1960, Manabe desarrolló modelos físicos del clima terrestre que ayudaron a demostrar cómo el aumento de la concentración de dióxido de carbono atmosférico conlleva un incremento de temperatura. Por otro lado, las investigaciones de Hasselmann permitieron crear modelos para estudiar la relación entre el tiempo atmosférico y el clima*. Además, fue pionero en identificar las “huellas dactilares” de las actividades humanas en el clima, logrando diferenciarlas de las naturales y demostrando, por tanto, la implicación humana en la crisis climática. En esta noticia de la Agencia SINC podéis leer más sobre el tema 👉 Nobel de Física 2021 para la comprensión de los sistemas complejos, como el clima
* Aunque parezcan lo mismo, clima y tiempo atmosférico son cosas distintas. Para una comprensión rápida del tema, recomiendo esta genial explicación de Neil deGrasse en la serie Cosmos.
🐟 La comunidad científica tenía delante de sus narices una nueva especie y nadie se había dado cuenta. El pez Danionella translucida es tan pequeño, no mide más de 1,1 cm de largo, que cuando fue descubierto se postuló entre los peces más pequeños del mundo. Además el aspecto transparente y un cráneo incompleto, que permite ver su cerebro, lo habían catapultado hasta los laboratorios donde se convertiría en organismo modelo para estudios de neurociencia. O al menos eso creíamos. Resulta que la identidad del susodicho pez era otra y lo más sorprendente es que aún no estaba fichado por la ciencia. En realidad, diferenciar uno de otro es bastante complicado. Para resolver el acertijo hace falta un análisis de sus entrañas, pruebas moleculares y un buen ojo de ictiólogo. Esto es lo que han hecho sus descubridores, que explican así el suceso en la revista Nature: “Aquí mostramos que el organismo que se ha introducido como un organismo modelo prometedor para la investigación neurofisiológica no es D. translucida, sino una especie no descrita, que describimos en detalle como una nueva especie”. La han bautizado como Danionella cerebrum, en honor a su papel en la investigación científica. Lo cuentan en este artículo de Futurity 👉 Translucent, fingernail-sized fish is a brand new species
🌳 Desde la ciudad portuaria de Douala, situada en la costa de Camerún, comerciantes chinos están pagando a la población local para que les suministren con maderas exóticas. Concretamente, codician la madera de zebrano (Microberlinia bisulcata). Debido al veteado claro y oscuro, que recuerda al pelaje de una cebra, su madera se ha convertido en una maldición que amenaza con borrarlo de la faz de la Tierra. La UICN ya lo catalogó como especie en peligro crítico de extinción, pero su comercio se sigue produciendo al no aparecer en el tratado CITES. Uno de sus últimos reductos se concentra en el bosque de Ebo, lugar que está siendo asediado por la tala ilegal, la dejadez de las administraciones y los conflictos civiles. Según estiman expertos del país, desde el bosque de Ebo salen cada mes dos toneladas de madera de zebrano. Un material que en el mercado tiene actualmente el valor de 600 $ por cada tonelada. En este artículo de Mongabay hablan sobre la situación de esta especie en Camerún y los esfuerzos por salvarla de la extinción. 👉 Illegal logging threatens rare Cameroonian hardwood with extinction
🔍 Además de su archifamosa resistencia, los tardígrados han vivido en la Tierra desde hace millones de años. Vieron el colapso del reino de los dinosaurios o el alzamiento de las plantas sobre los continentes. Aún así, el registro fósil de sus antepasados es muy escaso. Algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que estas criaturas suelen rondar los 0,5 mm de longitud. Por tanto, encontrar el fósil de un tardígrado es una tarea ardua y casi imposible. De hecho, solo han sido descubiertos dos… Hasta ahora. En una pieza de ámbar dominicano perteneciente al Museo Americano de Historia Natural han hallado el diminuto fósil de un tardígrado. El desdichado animal quedó atrapado durante el Mioceno, hace 16 millones de años, junto a un grupo de hormigas. Según sus descubridores, está tan bien conservado que se pueden apreciar detalles de las piezas bucales, de la anatomía del intestino y de sus pequeñas garras, las cuales son de 20 a 30 veces más finas que un cabello humano. La especie ha sido bautizada con el nombre de, no lo leáis en alto, Paradoryphoribius chronocaribbeus. En este comunicado de prensa hablan sobre el descubrimiento 👉 “Once-in-a generation” tardigrade fossil discovery reveals new species in 16-million-year-old amber
🐌 En 1966, un niño de Florida trajo consigo tres ejemplares de caracoles gigantes africanos (Achatina fulica) que había conseguido en Hawái. Su abuela decidió liberarlos en el patio de casa, donde iniciaron una invasión biológica. En 1975 se logró erradicar al molusco… pero la especie volvió en 2011. Tres años después, los alrededores de una casa en la ciudad de Davie se convirtieron en un nuevo foco de invasión. Además de su capacidad para comer todo tipo de plantas, dichos caracoles portan un parásito que puede causar meningitis en humanos. También les gusta merendar paredes de estuco. Por todos estos motivos, se inició un nuevo programa de erradicación donde incluso han usado perros para olfatear a las criaturas. Según han informado las autoridades del estado, desde 2011 han sido capturados más de 168.000 caracoles. El último fue visto en 2017. Tras esperar un tiempo prudencial, y cruzando los dedos, desde el gobierno del estado han anunciado que el caracol gigante africano ha sido erradicado de Florida… Por segunda vez. Lo cuentan en esta noticia de Phys.org 👉 Florida eliminates giant snail that can eat houses
📸 Un león de Berbería camina entre las montañas del Atlas. Imagen tomada durante un reconocimiento aéreo en el año 1925.
🦁 Mientras volaba desde Casablanca (Marruecos) hasta Dakar (Senegal), el fotógrafo militar Marcelin Flandrin captó esta escena de un león solitario en las montañas del Atlas. Aquel instante tomado por Flandrin se convirtió en la última imagen de un león de Berbería en estado salvaje. Corría el año 1925. Casi podemos imaginarnos cómo cada una de sus patas pisan la arena, dejando una fila de huellas y levantando pequeñas nubes de polvo. Camino a convertirse en un fantasma inmortalizado entre las rocas de su reino. En el pasado, este linaje felino se extendía por el norte de África, rugiendo entre montañas, desiertos y ecosistemas mediterráneos. Sin embargo, tras años de caza y persecución, estos leones desaparecieron. Las poblaciones sufrieron un enorme descenso cuando a mediados del siglo XIX las diferentes administraciones pusieron precio a sus cabezas. El último ejemplar cazado, del que tenemos registro, fue abatido en 1942 cerca del paso montañoso de Tizi n'Tichka en Marruecos. Mientras que el último avistamiento se produjo en 1956, en el distrito argelino de Beni Ourtilane. Se estima que los leones del Atlas salvajes sobrevivieron hasta la década de 1960, entre las remotas montañas de Argelia, antes de extinguirse.