La luz humana frustra el camuflaje de los caracoles marinos
Esta semana tenemos una newsletter con la mirada puesta en los ecosistemas: contaminación lumínica, lombrices invasoras y mini ecosistemas de laboratorio.
La luz humana frustra el camuflaje de los caracoles marinos
🌍 Cuando tras cada esquina puedes hallar unas fauces prestas a devorarte, no resulta mala idea apostar por la discreción. La evolución ha cincelado el camuflaje y los hábitos nocturnos en multitud de especies. Estas adaptaciones suelen ser una buena garantía para forrajear sin temer miradas depredadoras… Hasta que un simio comenzó a encender luces a lo largo de toda la Tierra 🤨
💡 La luz artificial nocturna, conocida como ALAN por sus siglas en inglés, afecta por lo menos al 23% de la superficie del mundo entre las regiones polares del planeta. Conforme avanzó la tecnología, se ha producido un cambio desde las luces de espectro más pequeño (como las lámparas de vapor de sodio a baja presión, propias del siglo XX), hasta las luces con longitudes de onda más amplias. Entre ellas encontramos a las lámparas de sodio a alta presión, las de haluro metálico y los led 🌃
🌊 Investigadores de la Universidad de Plymouth y del Laboratorio Marino de Plymouth, han descubierto cómo dichas luces frustran el camuflaje de algunas especies. Concretamente, estudiaron el camuflaje de dos especies de caracoles marinos del género Littorina. Estos moluscos viven entre macroalgas que crecen en el intermareal y se alimentan de ellas principalmente durante la noche. Los colores amarillos, verdes oliva y marrones les ayudan a camuflarse. Sin embargo, la iluminación más moderna los hace más visibles frente a animales típicamente diurnos como la gaviota argéntea (Larus argentatus) o los blenios (Lipophrys pholis). Además, la luz también ayuda a depredadores nocturnos como el cangrejo verde europeo (Carcinus maenas) 😕
💬 En palabras de Oak McMahon, director de la investigación: «Este estudio indica claramente que las nuevas tecnologías de iluminación aumentarán la visibilidad de las presas al reducir la eficacia de su camuflaje. Nuestros hallazgos revelaron que los caracoles Littorina que se encuentran comúnmente en nuestras costas [Reino Unido] permanecerán camuflados cuando se ilumine con una iluminación de estilo más antiguo. Sin embargo, cuando se iluminan con luz moderna de amplio espectro, son claramente visibles para los depredadores y, como resultado, tienen un riesgo mucho mayor a largo plazo.» 🌎
Podéis leer más sobre esta investigación aquí 👉 Losing the cover of darkness (EurekAlert)
Y aquí 👉 Broad spectrum artificial light at night increases the conspicuousness of camouflaged prey (Journal of Applied Ecology)
Las lombrices invasoras reducen las poblaciones de insectos nativos
❄️ La última Edad de Hielo dejó profundas huellas entre los continentes del hemisferio norte. Además de arañar la tierra y mover rocas, la fauna y flora de estas regiones también quedó marcada por este pasado. Hace unos 10.000 años, cuando el hielo cedió en su helador abrazo, las lombrices de tierra en América del Norte habían descendido hasta sus momentos más bajos. Las especies que quedaron fueron relegadas a la categoría de rarezas, en comparación con el importante papel ecológico de sus hermanas europeas 🌎
🚢 Pero eso ha cambiado en los últimos siglos. Diversas especies exóticas se han adentrado en Norteamérica gracias a los seres humanos, aprovechando el transporte de tierra y plantas desde Europa para viajar como polizones. Incluso fueron introducidas de forma intencionada para mejorar los cultivos. Este advenimiento de los anélidos se ha traducido en una importante amenaza medioambiental 🌳
🦗 Según un estudio, realizado en Calgary (Canadá), la presencia de lombrices invasoras reduce las poblaciones de insectos. Para llegar a esta conclusión, tomaron muestras de insectos en áreas habitadas y deshabitadas por lombrices. Los resultados no fueron alentadores. Allí donde la biomasa de lombrices era mayor, el número de individuos de insectos se redujo en un 61 %, la biomasa de dichos artrópodos en un 27 % y la riqueza de especies en un 18 % 😕
🤔 Las lombrices no son depredadores. Entonces, ¿por qué se ha observado este descenso? Nos lo explica Malte Jochum, de la Universidad de Leipzig: «Es posible que las lombrices se coman la comida y reduzcan el hábitat de los insectos que se encuentran en la superficie, como los escarabajos y las larvas de mosca, que descomponen el material vegetal muerto». Tampoco debemos olvidar que, dado su papel como ingenieros de ecosistemas, las lombrices podrían estar provocando cambios en la vegetación al alterar las condiciones del suelo 🌳
Podéis leer más sobre esta historia aquí 👉 European earthworms reduce insect populations in North American forests (EurekAlert)
Y aquí 👉 Aboveground impacts of a belowground invader: how invasive earthworms alter aboveground arthropod communities in a northern North American forest (Biology Letters)
La mutación de un gen puede alterar un ecosistema
🌳 Los ecosistemas son un constante tira y afloja. Plantas que alzan sus hojas y hunden sus raíces en busca de luz y nutrientes. Animales que se alimentan, mientras se convierten en el sustento de otros. Parásitos que rascan comida de sus huéspedes. Legiones de descomponedores que desmenuzan los restos. Dentro de esta dinámica, forjada con enemistadas y alianzas, algunas especies resultan ser claves para el ecosistema. Sin ellas, las reglas cambian, los menos afortunados caen por el borde del tablero y el ecosistema se encamina hacia otro escenario 🌏
🔍 Según una nueva investigación, llevada a cabo por ecólogos y genetistas de la Universidad de Zúrich y la Universidad de California en Davis, estos cambios podrían emanar de la mutación de un solo gen. Esta es la conclusión a la que han llegado tras realizar un experimento de laboratorio donde recrearon un ecosistema formado por una especie de avispa parásita (depredador), dos de pulgones (herbívoros) y la planta Arabidopsis thaliana 🌱
🧬 Los investigadores estaban interesados en conocer los efectos de tres genes vegetales que controlan las defensas químicas antiherbívoros. Así han descubierto que el gen AOP2 actúa como un gen clave, cuya mutación tiene consecuencias en el resto del ecosistema. Matt Barbour, primer autor del estudio, nos lo explica: «Esta mutación natural en AOP2 no solo afectó la química de la planta, sino que también hizo que la planta creciera más rápido, lo que a su vez ayudó a que los herbívoros y los depredadores coexistieran, evitando así que el ecosistema colapsara» 😮
💬 Este descubrimiento ayuda a comprender mejor la dinámica de los ecosistemas y, tal y como señala Barbour, apunta a un factor importante a la hora de trabajar en la conservación: «Nuestros hallazgos muestran que la pérdida actual de diversidad genética puede tener efectos en cascada que conducen a cambios abruptos y catastróficos en la persistencia y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres»🌎
Podéis leer más sobre esta investigación aquí 👉 A Single Gene Controls Species Diversity in an Ecosystem (Comunicado de prensa Universidad de Zúrich)
Si os habéis quedado con más ganas de ciencia… 👇
El pequeño club de las escolopendras anfibias (Myrmarachne)🌏 En el año 2000, durante su luna de miel en Tailandia, el entomólogo George Beccaloni tuvo un encuentro con una curiosa escolopendra. Cuando la sorprendió en su escondite bajo una piedra, el artrópodo corrió a refugiarse a un arroyo cercano. Ante los ojos del científico, aquella criatura se zambulló, buceó por el lecho y buscó un nuevo escondrijo bajo una roca sumergida. Acababa de descubrir la primera escolopendra anfibia 🤨 Leer