Un oasis en las profundidades marinas
El cadáver de una única ballena puede alimentar, durante décadas, un ecosistema asombroso.
Un oasis en las profundidades marinas
🌊 Año 1987. El sumergible Alvin explora las profundidades de la cuenca de Santa Catalina, frente a la costa sur de California, cuando a unos 1.200 m de profundidad realiza un hallazgo inesperado: el esqueleto de una ballena de 20 m de largo. Una tumba donde bullía la vida. Gusanos, almejas, caracoles, lapas o biofilms microbianos habían colonizado el cadáver, tejiendo a su alrededor un fascinante ecosistema 🤨
🐋 La comida en las profundidades marinas es escasa. Sin luz solar para sustentar ecosistemas, aquí la vida depende de otras fuentes de energía y de los restos que llegan desde arriba. Por eso el cadáver de una ballena, dado su tamaño e ingente cantidad de nutrientes, acaba convirtiéndose en un oasis en mitad de un mundo oscuro y desconocido 🦑
🔍 Desde 1987, se han encontrado unos 30 casos de caídas de ballenas naturales (70 si contamos los artificiales). En realidad, los primeros indicios de estos ecosistemas se remontan a 1854, cuando se halló una nueva especie de mejillón, de apenas un centímetro de largo, que viajaba a la deriva en un trozo de grasa de ballena flotante 🌊
☠️ Estos ecosistemas con forma de sepulcro pueden ser considerados como puntos de biodiversidad únicos. Aproximadamente unas 400 especies acuden a dichos lugares y, al menos, un centenar de ellas se han especializado en vivir en un cadáver de ballena. Ahora también sabemos que en ellos la vida fluye siguiendo varias etapas, cuya duración depende del tamaño del cadáver, la profundidad donde reposa y otras variables ambientales. Son cuatro etapas:
Etapa carroñera. Hordas de carroñeros (en especial mixines, tiburones y otros peces) acuden al banquete para comer grasa, músculos y órganos. Puede durar entre uno o dos años.
Etapa oportunista. Animales más pequeños (muchos poliquetos y crustáceos) colonizan los restos dejados por los carroñeros (sobre todo huesos) y el sedimento que rodea al cadáver. Se alimentan de las sobras, como la grasa y tejidos desechados.
Etapa sulfófila. Los huesos de ballena son ricos en lípidos, que sirven de alimento para diversas bacterias y arqueas. En vez de usar oxígeno como fuente, utilizan sulfato y liberan ácido sulfhídrico, creando así un ambiente para los amantes del azufre. Es el turno para diferentes especies de mejillones y almejas, quienes presentan una simbiosis con dichas bacterias; o lapas y caracoles que se alimentan pastando los biofilms. También se libera metano, debido a la actividad de bacterias metanogénicas. Esta etapa puede durar décadas.
Etapa de arrecife. El esqueleto, ya sin materia orgánica y convertido en una estructura mineral, es colonizado por animales filtradores que aprovechan el sustrato duro para medrar.
🐋 Además de ser el sustento de una increíble biodiversidad, se cree que estos ecosistemas actúan como un trampolín para especies que viven en fuentes hidrotermales o emanaciones frías. De esta forma, usando los ambientes creados por los cadáveres, dichas especies podrían colonizar nuevos sitios. Según algunas estimaciones, en estos momentos podrían existir 690.000 esqueletos de grandes ballenas en las profundidades oceánicas de todo el mundo. Podemos imaginar como, bajo las rutas migratorias de estos cetáceos, existe un trayecto jalonado de cadáveres, nutriendo e impulsando un universo extraño y fascinante 😯
Gusanos Osedax, pequeños devoradores de huesos
🦴 Los gusanos Osedax son un tipo de anélidos conocidos por devorar huesos de vertebrados hundidos en el mar. Estos fascinantes animales, de apenas un centímetro de longitud, fueron descubiertos en 2004 y desde entonces han sido hallados en mares y océanos de todo el mundo. Su estilo de vida consiste en crear tubos dentro de los huesos, desde donde dejan sobresalir unos apéndices encargados de realizar el intercambio gaseoso 🪱
😯 Pero el aspecto más llamativo de los Osedax es la ausencia de sistema digestivo (ni boca, ni estómago, ni ano). En cambio, extienden unas prolongaciones carnosas hacia el interior del hueso, para así liberar lípidos y proteínas allí ocultos. Estas moléculas son consumidas por sus bacterias simbióticas, las cuales dan sustento a los gusanos 🦠
🐋 En los ecosistemas formados por cadáveres de ballena, los Osedax pueden ser considerados como ingenieros de ecosistemas de las profundidades. Conforme perforan los huesos, exponen nuevas fuentes de alimento, el cual es degradado por bacterias sulfófilas cuya acción transforma este peculiar hábitat 😯
🪱 Y otro dato más sobre estos diminutos gusanos. Los machos Osedax son microscópicos, alcanzando solo entre 100 y 500 micras. Viven en el cuerpo de las hembras, siempre en un estado de larva, con el único propósito de reproducirse 😯
¿Florecían ecosistemas únicos en los cadáveres de plesiosaurios?
⏳ ¿Desde cuándo tiene lugar la formación de estos ecosistemas? Dado que el ingrediente principal es el cadáver de una ballena, deberíamos rastrear su origen en la evolución de dichos animales. Los primeros cetáceos hicieron acto de presencia hace unos 54 Ma, pero no sería hasta finales del Eoceno Medio (37 Ma) cuando aparecen grandes ejemplares como Basilosaurus. Estos gigantes, que medían más 15 m de longitud, pudieron jugar un papel como creadores de hábitats en aguas poco profundas 🌊
🦴 A finales del Eoceno se habría desarrollado otro factor importante. Los huesos de ballena se volvieron más esponjosos, aspecto que podría indicar un mayor contenido de lípidos en sus esqueletos. Sin embargo, los cetáceos aún no habían alcanzado sus tallas actuales. Para ello, debemos saltar hasta el comienzo del Oligoceno Medio (31 Ma), momento en el cual optaron por una alimentación centrada en la filtración. Dicha dieta impulsó su gigantismo, permitiéndoles alcanzar tamaños comparables al de las ballenas azules (Balaenoptera musculus) 🐋
🦖 Aunque probablemente esta historia se remonta mucho más atrás, cuando las estrellas del árbol evolutivo eran los reptiles y los mares estaban dominados por plesiosaurios, ictiosaurios y mosasaurios. Tenemos algunas pistas al respecto. Por ejemplo, en 2008 se hallaron asociados a fósiles de un plesiosaurio, con una longitud de 10 m, varios restos de caracoles relacionados con la etapa sulfófila. En 2015, en otro fósil de plesiosaurio se encontraron agujeros y cavidades consistentes con la técnica de excavación de los gusanos Osedax. Este indicio parece indicar que los devoradores de huesos ya medraban en las profundidades marinas hace unos 100 Ma, gracias a los restos de reptiles marinos 🪱
☄️ Estos descubrimientos ponen sobre la mesa una incógnita. Si hace unos 65 Ma tocó a su fin el mundo de los reptiles gigantes y las ballenas leviatanes tardaron en aparecer unos 30 Ma desde entonces, ¿cómo sobrevivieron los distintos integrantes de los ecosistemas que florecían sobre sus tumbas? Una opción, bastante probable, es que estemos hablando de un ejemplo de evolución repetida. Es decir, las comunidades asociadas a los reptiles marinos también desaparecieron y, posteriormente, la evolución dio forma a nuevas especies, las cuales serían similares y explotan un nicho parecido. Otra posibilidad es que criaturas como Osedax sobrevivieran devorando huesos de otros animales, tales como tortugas marinas, plotoptéridos (aves marinas de gran tamaño), peces o incluso dientes de tiburones 🦈
Podéis leer más sobre esta historia aquí 👇
Whale-Fall Ecosystems: Recent Insights into Ecology, Paleoecology, and Evolution (Annual Review of Marine Science)
Life at the Bottom: The Prolific Afterlife of Whales (Scientific American)
Bone-eating worms dined on marine reptile carcasses (EurekAlert)
The Expresso Myrmarachne ☕️📰
Algunas noticias e historias interesantes de la semana pasada 👇
🪱🍞 Las lombrices de tierra son conocidas por su papel como ingenieros de ecosistemas. Su viscoso modo de vida ayuda a liberar nutrientes, además de hacer que el suelo sea más poroso y retenga más agua. Según una estimación mundial, estos anélidos son responsables de casi el 7% de la producción mundial de cereales (maíz, arroz, trigo y cebada) y el 2,3% de leguminosas. Porcentajes que se traducen en 140 millones de toneladas de alimento al año. O, como se indica en esta noticia de Science: «Sólo para las cosechas de trigo, eso equivale aproximadamente a una rebanada de cada barra de pan» 🤔🤔 👉 If earthworms were a country, they’d be the world’s fourth largest producer of grain (Science)
🧬Descubren una nueva especie de pangolín tras analizar las escamas vendidas en el tráfico ilegal. El catálogo taxonómico de los pangolines incluía ocho especies, hasta ahora. El hallazgo se ha producido al estudiar los genomas de escamas confiscadas en Hong Kong. Probablemente la nueva especie, bautizada como Manis mysteria, había sido pasada por alto debido a su parecido físico con el pangolín malayo (Manis javanica). Este ejemplo de diversidad críptica nos recuerda que, mientras tratamos de frenar la sexta extinción y a la vez catalogar la vida que aún desconocemos, las especies podrían estar desapareciendo delante de nuestras narices sin que nos demos cuenta 😕 👉 A Mystery Species Was Discovered in Trafficked Pangolin Scales (The New York Times)
🐋 Si te has quedado con más ganas de ciencia… Te recomiendo esta historia: El cadáver de una ballena también es un festín para los escarabajos
🐋 Las ballenas son maravillosas en múltiples aspectos. Cuando estos gigantes resoplan, parecen invitarnos a sumergirnos en un mundo azul y extraño para los humanos. Dichos animales resultan incluso más increíbles tras comprender cómo moldean los ecosistemas donde medran. Un papel que ejercen tanto en la vida como en la muerte 🤨 Leer